lunes, 27 de septiembre de 2010

Gotas de risa






A veces siento que el mundo gira tan despacio los domingos, peculiarmente éste, que se cubre de otoño, la lluvia llega juguetona y empieza a leer las notas de su partitura en las palmas de la banqueta, se divierte en las hojas de los árboles como si fuera sol, se acurruca o se esconde para espantar a cualquier caminante, y me imagino ¿a dónde vas? qué tocas; si te entrometes en los diálogos de la tierra, para brotar en la sabia de una azucena, de tu elixir brotan los robles, te escabulles del oro negro y te extiendes en la sabiduría de la sal, o en las venas del suelo, ¿cuántos secretos guardas?; ahorita sólo siento como decoras el espacio con los truenos de tu llegada, y yo tan estática a pesar que soy una extensión de ti, ¡Quién fuera tú! que ganas de ser como tus gotas, lo besan todo, hasta los vidrios le hacen un homenaje a tus risas, naces como semilla en las nubes, eres una protagonista involuntaria.

Ya no me importan las notas del monitor, ni los titulares del periódico, los carros y sus deficientes motores. Sólo tú, estas presente.

Pronto será la 1:00 de la tarde, al rato sentiré cuando mi piel habla con la humedad, el dejo de tu presencia, quizás al rato dialogaremos juntas con una taza de café, cada quién con su protagonismo y su silencio.

Yo no sé si hoy fue la lluvia; Lunes, quizás me regalará la Luna menguante.



Dedicado a la Lluvia del Domingo 27 de septiembre 2010


América Zapata