miércoles, 21 de septiembre de 2011

Las Horas






Se dejan caer
mientras los sitios emergen;
cuando se desnuda la piel
y los huesos.

Como cerillo
en el cono, vacío del silencio,
prendiendo las mechas
de colas de cometas, 
pájaros en cortejo milenario.

Se recolectan como si fueran
partículas que dan luz a la luz
para  liberarlas
en la inmensidad del espacio.

Se acompañan como grillo
en las orquestas de la noche
como stratus en la trompeta del viento

como cajón de baúl imaginario
con filtro ante el dolor

Se abrazan como se recoge
el perfil de una carcajada,
para que lo inhóspito
te sorprenda y te deje sin habla.

Se usan como sillas 
para disfrutar del espectáculo 
que gravita.

y no se cuentan 
                y quizas se olvidan.


América Zapata