jueves, 29 de noviembre de 2012

Monólogos azules

I
Se perdió el azul de tu cuerpo
se desvaneció
de mis ojos el velo de tu
tardío silencio
se hizo de carne
le quitaste lo infinito...

II
se alejó eso que llamas vivir
un frío tuetano de criptónita
-el placer de tus huesos
 en el Plan perfecto del acto-
y no te das cuenta que te hiela
que trasciende al eco del vacío
como gota de sangre, en los vestidos verdes
del suelo
y se queda varado en ese juego
-Así, sin chiste, hueco-

III
El alma en arrepentimiento de
ser, la puerta entre el espíritu y el cuerpo;
de vivir la confusión, de escuchar los pensamientos
castrantes de sistemas y otras voces que no
son ni del cuerpo, ni del espíritu.

IV
 Fluye el alma, cuando hace el amor
fluye cuando se arma el rompecabezas
se calla cuando se desgasta por el ruido
de lo que el humano ignora
no sabe quién es..

V
Él, ella, se confunden
por no traspasar la piel
se olvidan de saber
y el alma es la única que vive el predicamento
aún conozca ella, el alma
eso que no entendemos.


América Zapata

sábado, 22 de septiembre de 2012

Gruñon



Un gruñón escondido debajo de mi escritorio
me muerde los pies cuando los estiro;

los pies que festeja cada vez
que queremos sacarle un verso a la calle;

el gruñón que se para en dos patas
y se hecha para que le rasque la pansa

el confidente de mi madre,
guardián de mi cama,
el espanta miedos,
despertador  y compadre de mi padre,
el zorrito,
aullido, festejo de mi hermana,
acompañante de desayuno de mi hermano,
el antisocial.

Libre como un torbellino en las horas del pasto
leal a la voz y al viento,
al sol y al sueño.

el maestro de la calle,
el rey de los french poodle
toby.



América Zapata

Nube de rizos


Desbordan  millones de segundos,
una ráfaga, uno tras otro,
 tú absorbiendo mi mente
haciendo nudos en la garganta.

El tiempo empaña los ojos
el silencio es eco
y tu genio
Ya no me gruñe ;

¿Qué va hacer el pasto
sin la danza del espiral de la vida
en honor al paseo?

El rayo veloz corriendo en círculos

¿Quién le hacía esa danza?

la nube de rizos
festejando la libertad de ser.

El piso sin tus uñas,
tu amor incontrolable
el malabarismo se ha callado,
ya no hay verso en dos patas;
ni guardián contra el miedo,
tu carácter solitario, exclusivo, distinto
hasta tu sueño eterno cuidando mi puerta

Tu compañía intuitiva.
Tus sentidos receptivos.

No hay poema , ni letra,
la acción penetra,
la pertenencia se ficcionaliza,
la muerte me lo recuerda
 y lloro y te extraño.

 A toby. El guardián de mi casa.


América Zapata

miércoles, 19 de septiembre de 2012

El cairo de tus labios




La epifanía de tus labios
                                   arrancaron
el cairo del silencio,
en las calles del pensamiento
Como si el misterio
se quedara en la locomoción del verso.

Ya no se puede Intentar
                            detener la estática
que navega en el vientre
            como un  t o r b  el l i n o 
          de agua
 en la piel del destino.

Te apareces así como sale el sol,
de repente,
                         todos los días



América Zapata


De esos poemas que estabas a punto de dedicar, y te quedas en el  "intento", (por que no pasa por tu mente hacerlo) ya que no sueles escribir este género jajaja salud por el segundo o tercer poema romántico de su servidora... Que lata fuerte el corazón y que se estremesca al mundo con su fuerza.

sábado, 8 de septiembre de 2012

8/09/2012

Somos la praxis del Universo y el amor el maestro de nuestra existencia

América Zapata

Sublime


A dónde van los astros
cuándo
explota el bing bang
y las galaxias de mi aura
explican sus motivos,


como kultrün en mi pecho

y las ondas magnéticas
transformadas en luz

la música en

las grietas de cada emulsión
volcánica de éxtasis

La euforia introyecta su vocal
                    parálisis fulminante del miedo

Abraza mi eco,
             que elijo ser la libertad que poseo.


América Zapata




viernes, 7 de septiembre de 2012

No me resigno



Desgarras mi silencio
cuando derramas el pergamino del origen
en el asfalto
cuando el telar del cosmos
abrigo del cuerpo
pierde sus ríos y atraviesa
los órganos
como si la tierra
desmembrara a los imperfectos.

perforas mi silencio
 cuando te veo semejante a mi llanto
a mi dolor, a la furia, a mi voluntad
y aún así quiebran los parpados
aprietas el gatillo.

¿Dónde has dejado los pies que exploraban el
universo con sólo sentir las piedras?

Ver adentro de los globos
el alma, para dejarla escapar en la risa que imagina

a dónde se fueron tus hermanos
cuándo perdimos la batalla,
cuándo la iniciamos,
cuándo dejamos de ser iguales.

Parezco un león
intentando salir de su jaula
con tal de no desgarrar el silencio,
y se desgarra y se cura
y se calla, y se enciende

y decide seguir amando.


América Zapata

jueves, 6 de septiembre de 2012

El ocio de mirar el cielo en la azotea


Se sientan los gigantes en
 los globos
cada vez que los colores
                                   los sueltan.

Hacia el suspiro de la lejanía,
un verso colgaba
           de las orillas de un h
                                              i
                                                  l
                                                      o
mientras se iniciaban
                           a escribir las nubes
la caricia de la ventisca
           penetraba en
la locomoción del aire
como si mi respiración fuera
un acto consciente
                          de mi nariz
en ella los bellos
        con un vals  improvisado
                           un tango
sí conectara la garganta...
        y antes de voltear 
                                          o
                                     l
                                 e
                              i
nuevamente al  c


se incendiaban
                      mis ojos de niña
al ver tal  ¡magnificencia!
       de lo que puedo imaginar
                         con tan solo escribir,
                  que tengo los ojos cerrados.

América Zapata

Cama de clavos

Antes de taparme los ojos cerrados
la luz dejó escapar
las imágenes de mis pensamientos
se fueron ilustrando con el recuerdo
el gis como retina
plasmados en el cajón del techo

-¿estaba sedada, enamorada?
mi ombligo se suspendía…-

El recorrido de la sombra afuera
en un eco traslucido
de malditas cosquillas en el estómago
de caricias sin segundos.
la mil hormiga merodeando la espalda.
Incertidumbre de quitarme
las manos de la cara
de apretar el pecho y sentir como
quedaba sólo la dilatación del silencio
en la ausencia y la creencia de notar que
se reventaron los hilos del destino

y te has ido.



América Zapata

miércoles, 5 de septiembre de 2012

expresso



Me has provocado el silencio
la ausencia del mito
trascender a lo desconocido
mi corazón expandiendo su elixir
en las verdades del alma
                                                      

                                                     Me has provocado dejarte…  
                                                                                    



                                                                                                (que más da el día-hablo)





América Zapata

martes, 28 de agosto de 2012

Catársis



Un silbido aparece en el recado
de mis sentidos,
se desviste
como la lengua de una mariposa 
deja
sus bellos acariciar
el testamento de la risa…

se revolotea,
sigilosa, se interna
la idea.

Descienden
las coincidencias
y los guardianes de la espera,
las alabanzas de las sirenas no parpadean
y yo por fin aquí sentada
en posición de verso,
comienza el crisol  a repartir la luz,
la inspiración se transparenta,
la proa de la tinta navega 
emigrar  hacia
el vuelo y el eco;
tareas del hilo del destino,
finaliza sus incipientes aullidos.
Se aventura a manifestarse
y manifiesta
                           la mano al fin, como alfil sin guerra…



América Zapata


Ausencia


 
El desapego se pega en el mantel
Cuando los cubos del azúcar 
visten el té de hierbabuena,
navegan en el carmín
de mis labios

el pensamiento resulta un acto repetitivo,
un sitio en deconstrucción,
la imaginación hace de las suyas
en las palmas de mis pies
los ojos perdidos  en la cocina
la experiencia
y otros trapos de la vida.

La rima interna que no cesa,
el nombre, la risa,
el sorbo del silencio.
 
América Zapata