martes, 28 de agosto de 2012

Catársis



Un silbido aparece en el recado
de mis sentidos,
se desviste
como la lengua de una mariposa 
deja
sus bellos acariciar
el testamento de la risa…

se revolotea,
sigilosa, se interna
la idea.

Descienden
las coincidencias
y los guardianes de la espera,
las alabanzas de las sirenas no parpadean
y yo por fin aquí sentada
en posición de verso,
comienza el crisol  a repartir la luz,
la inspiración se transparenta,
la proa de la tinta navega 
emigrar  hacia
el vuelo y el eco;
tareas del hilo del destino,
finaliza sus incipientes aullidos.
Se aventura a manifestarse
y manifiesta
                           la mano al fin, como alfil sin guerra…



América Zapata


Ausencia


 
El desapego se pega en el mantel
Cuando los cubos del azúcar 
visten el té de hierbabuena,
navegan en el carmín
de mis labios

el pensamiento resulta un acto repetitivo,
un sitio en deconstrucción,
la imaginación hace de las suyas
en las palmas de mis pies
los ojos perdidos  en la cocina
la experiencia
y otros trapos de la vida.

La rima interna que no cesa,
el nombre, la risa,
el sorbo del silencio.
 
América Zapata

martes, 7 de agosto de 2012

Let go


Aveces quisiera saber
la formula del viento,
navegaría en la vos que te aconseja,
el silencio del miedo,
detener al macabro que detiene
 el verbo y divide la conjugación.

De saberla rompería las cadenas 
que atosigan
enjaulan latidos, tus labios.

Pondría cada verso en su lugar, 
el olvido  del orden, lo diario.

 Te recordaría que existo y tengo
un camino, 
que puedo ser un inicio. 

Que te quiero.
                 Pero no soy viento, ni soy tú,  
y tampoco quiero serlo. y Te quiero.

Quisiera, 
que no hubiera temor, 
ancla, opresor  del desafío, 
guillotina de inicio,
nebulosa de aparente presente.

Continuar es virtud y magia al mismo tiempo.

Vivir sin miedo es con letras
 el grito que desgarra
la acción y la deja caer
en las uñas de la almohada.

Más la paloma que se va en la estampida
de lo que recorrí 
y recorro en la versión del misterio.

Gracias, por la magia, 
por recordarme el desapego.

Es un ritual liberar, así que

enciendo una letra por cada beso, 
en las rizas de tus manos
y en el lienzo de tus brazos.  

Que la libertad no es un milagro
pero sí es un don divino, 
que no prefiere jardín, ni presagio, ni destino,
ni corazón, ni latido, ni verso, ni milagro.

Por eso el humano teje el verso de su canto.

Y Yo canto. Y que el dado elija el último paso.

 América Zapata