sábado, 8 de marzo de 2014

Los gritos del silencio




Los gritos del silencio


(...)la violencia no será tan sólo
la partera de la Historia.
Será también la mamá del niño-pueblo,
para decirlo con una figura
apartada por completo de todo paternalismo(…)

Roque Dalton


Se caen a pedazos los recuerdos
una herida febril en la víspera
del barranco.

La vista perdida
debajo de los párpados
el sexo violado
las orillas de la piel
cactus en la metamorfosis
                                     de la tierra

-Esa mujer se hizo de tierra
a costa de nosotros-

La tierra acoge a su hija
 la protege en su fuego.
Porque la tierra no carga
con la impunidad de tus verbos
ni el ruido del silencio.

La tierra no te despojará
del vacío existencial
los cómplices
manchan con culpa el
tatuaje podrido de tus manos.

Los barrancos
no son la tumba de tus miedos.
La tierra no es
la muerte de tu cárcel

El aire no esconde
los olores de la vida
grita en el uso de tu
pólvora y a cambio
da el trino de los pájaros.

El agua no se envenena,
entristece al saber que
las lágrimas son ahora
su protesta
                viste de verde

al ver derramada la sangre
que ya no purificará.

Tu poder no existe,
es el vacío del mundo que se
desvanece con la voz de la
V O L U N T A D.

Tu poder es ahora
sólo una interrogante
en el conocimiento del hombre
Sólo la indagación de los que
se arrastran muertos.

La indolencia
de los muertos,
el muerto que se violenta,
vio-lentando.

No hay dónde ocultar los cuerpos,
No hay cómo ocultar tú Culpa.
Ni como sanar lo que la tierra sana
desesperadamente.
No hay karma que se cure, oculte.
                                No hay,
si desde tu trinchera
habita la ambición
y la ignorancia.

Más aún a tu reflejo y semejanza,
El amor nunca calla.

El desierto, el agua, las piedras, la tierra,
incluso el fuego.

Nunca serán, el sitio del olvido.






Este dolor que se purifica
para crear generaciones distintas
Esta cadena de todas y de una
Esta fuerza irremediable que nace
de verte
ajeno a la vida
 al universo
                                 
Que se aferra a la esperanza
Que decide no matarte
Que se educa

Esto de no callar.


 América Zapata