viernes, 30 de diciembre de 2011

marañas

¿A que sabe?
cuántas horas al día se pierde el reloj
sobre tus hombros,
llenos de melancolía,
cuántas horas se pierden
de mis labios,
cuántas huellas
recorren tus manos.

Un sol repartido en tres
como verdugo,
si cada vez que te veo
siento un vacío.
 Es conocer y saber que detrás de eso
habita entre el viento y el hueco.
Un sonido.

Tanto ruido,
un castillo de metal
con cerraduras de madera,
un latido de vidrio con ecos de tombrón,
un misterio de telerañas
y la presa soy yo.

Sentada en la vasija
que sostiene una lagrima,
bebe y me avisa como reloj
detiene la persecución del recuerdo.


América Zapata

de esos que continúan en el taller, así de esos poemas que nacen de la nada...

domingo, 18 de diciembre de 2011

verbos I


Confiar 
es un verbo sin nombre,
no tiene balanza, 
sólo caminos,
la transparencia de sus acuíferos
mitifican la soledad o la encienden,
cubre los ojos con las manos
antes de caer al precipicio,
los pies en otros pies...

La confianza tiene la sed del azar 
y la locura del hombre. 

                  La esencia del mundo y la tolerancia de Dios.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Ceremonia del silencio



Coloco mis ojos en una
vasija de barro
para filtrar la tristeza

mis oídos
en los
silbidos del aire

mi boca
dirige sus ríos
a los acuíferos del mundo
  
mis manos
se armonizan
con los latidos del sol


respiro el incienso de mis antepasados
y recojo la sabiduría 
que baña mi cuerpo

caen los pensamientos
en su fase lunar

mi cuerpo es el himno de esta
ceremonia 
permito al ser
 estar y reconocer
su templo

Que soy  de tierra,
de agua,
de árbol ,
de sol

y la luna
limpia mi canto.




América Zapata




A veces creo que este coliseo es una majestuosa pradera sin muros,
ni cárceles, sólo ilusiones de acertijos, misterios del aprendiz aje,
donde habitan algunos gigantes, o troles humanos que no han dejado
de ser animales.


Algún cofrecito de tréboles y senderos inexplicables, se manifiestan para llevarte al mismo sitio,
ese donde se ama y te construyes a ti mismo.






América Zapata

miércoles, 26 de octubre de 2011

Céfiro de carmín



Si mis besos 
fueran céfiros, 
elegirían tus labios.

Acariciarían tu parpado
deslizándose
en las pestañas
que arropan tus verbos.

Jugarían a ser malabarista
con tus navajas de nieve.

Así, si el viento no los enjaula
dejaré de escuchar
el goteo de tu risa.


La ausencia no es
el diagnóstico de tu lejanía
es la memoria en la punta de mi lengua

Lo único que tengo
ahora es el deseo, las letras, 
que bailan con  la sonrisa  
presente  

Y ese día al estertor de la tarde
bañada de fuego,
que palpitó toda la noche.



América Zapata

Aterrizaje forzoso


Alguna intención
de un buzo enigmático
me envolvió en sus brazos
y me arrulló.

Desperté estrellada
en el vidrio frontal de su muro.

Ahora intento recordar
la historia a temporal
los misterios del destino,
 su desapego,
el milagro de sentarme de cuclillas
frente a la nostalgia
y regalarle una sonrisa.

Predije un hechizo fortuito
pero se quebró antes de abrir el libro.

Perdón si no me gusta tejer,
ni encender la hoguera
después de ir tras las huellas
de algún marinero.

De ser así voltearía al arrecife
 me colgaría una
y otra vez de la primera raíz
que me derogue ,
antes de convertirme en el precipicio.

Y no es que no me guste el filo de la proa,
ni decirte que te quiero.

Lo que pasa es que esta vez
el pensamiento
tuvo que hacer,
 un aterrizaje forzoso.





América Zapata



Nació el 17 de agosto del 2011
dedicado a esos sentimientos que nacen de vez en cuando, la vez que el apego te pone aprueba, aquellas situaciones en donde sabes que lo escrito es predecible y aún así le buscas lo misterioso, lo verdadero, lo intangible, pero una vez más la realidad supera la ficción y lo escrito gira como carrusel. No es que no exista, es que no era el momento.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Las Horas






Se dejan caer
mientras los sitios emergen;
cuando se desnuda la piel
y los huesos.

Como cerillo
en el cono, vacío del silencio,
prendiendo las mechas
de colas de cometas, 
pájaros en cortejo milenario.

Se recolectan como si fueran
partículas que dan luz a la luz
para  liberarlas
en la inmensidad del espacio.

Se acompañan como grillo
en las orquestas de la noche
como stratus en la trompeta del viento

como cajón de baúl imaginario
con filtro ante el dolor

Se abrazan como se recoge
el perfil de una carcajada,
para que lo inhóspito
te sorprenda y te deje sin habla.

Se usan como sillas 
para disfrutar del espectáculo 
que gravita.

y no se cuentan 
                y quizas se olvidan.


América Zapata

miércoles, 31 de agosto de 2011

Tu sonrisa



Silencio
navegante
del velero
de tus labios
agitas
las penínsulas
del reloj
y las dibujas
en las periferias 

de mis ojos.

sin darte cuenta
mi ritmo cardíaco
se convirtió en
el mar que se desvanece
en tus quillas.


Navegante de
olas de café.



América Zapata

miércoles, 24 de agosto de 2011

Sonido de tapa de baúl

El Apartado postal que llenó mi buzón y le dio identidad, se fue cuando decidiste ya no mandar cartas, quizás el refugio del papel ya no está en la entrepierna del alma, o el juego que saboreamos ayer, tampoco en la mira de mi reloj. Hemos pasado juntos la mitad del sol y ahora sólo quiero retornar a mi pasado para mirar esa fría y nostálgica risa de un verano taciturno y místico.

Ayer por la noche me acordé de ti como quien espera el hechizo de un cometa en la textura del techo de su cuarto. La nostalgia de la adolescencia y el mitote de la pubertad resultan a hora mi verdad arrojada.

Mañana iré al doctor con los síntomas escritos en mi espalda y en mis pies, mañana reconozco al espejo y me convierto en doctor.

Quizás los recuerdos decidieron callar, eso de escuchar caer la tapa del baúl después de no querer cerrarla. El tiempo a veces escribe sobre lo escrito.

Cuando éramos uno mismo disgregaba todo y me desprendía del otro lado, aquel que me hacía partir en dos, ahora lo reconozco, aprendí ser yo misma, sin que los otros lugares me partieran, ni esperarte, ni dejar que lo resolvieras.

Pero sin más azúcar en el almacén de esta cocina, llena de especies, la fruta en la vasija, el arroz a fuego bajo, yo mordiéndome los labios. Te digo que aún así la experiencia grita como cenzontle en la selva sabia,  interna cuando la escucho.

Entonces quizás lo entiendas, pero sabes, sí, a pesar de tu ausencia yo sigo siendo aquella reja de anémonas y guardo tesoros, por lo tanto se reserva sólo un espacio, ese que  no es de nadie, ni mío, se reserva en una sonrisa.


América Zapata

(Escritos guardados de hace tiempo, primer texto de esta naturaleza mía y que publico aquí)

lunes, 8 de agosto de 2011

Efecto fase

 Un obsequio se quedó colgado 
en el péndulo de mi ojos, 
formó sitios ajenos 
charlo con el de adentro, 
miró el reloj  y me dijo ¡basta!, 
aparecieron los lunes, los martes 
el carrusel continuaba 
en la noche divagante.
  Las arrugas de la espalda 
bifurcaron el río de mi retorno 
de vez en cuando las luciérnagas estelares palpitaban 
  - de no ser yo otra extensión de la tierra-,
 su espectáculo 
no me leyera la unión del destino
sus cambios y sus ciclos, de no ser la 
parte enigmática que enciende las posibilidades
reliaza las utopías entendería que...
Me dejó caer la cadena 
para encender la lámpara.
 Decidí  despertar 
a la luna, 
aquella que me recuerda 
hacer de los lugares comúnes 
un sitio mágico 
y sin explicación

América Zapata


Lunes 9:53 pm

Un átomo respiro



En cada inhalación se pierde
el síntoma fúnebre
de la dicotomía humana.

Dos mitades extraviadas
una dentro de otra
y otra dentro de una,
suspendidas en el
espiral de su existencia.


Balanza temple
en los despertares absortos
sin dueños,
sublimes

El cuerpo no es solo
un intermediario

el alma espera
que lo entienda.

Los sentidos trasmutan
en  raíces,

las raíces buscan su senda,

la sabiduría poliniza
 a veces aguarda,
 nace cada vez
que germina la raíz.

El espíritu lo sabe,
el alma lo espera,
el cuerpo respira

y mientras tanto el sol y la luna
se eclipsan.


América Zapata

miércoles, 20 de julio de 2011

La historia del Hado




El padre solar
cimbra la libertad de la vida,
 la madre tierra inicia su orquesta
y deja que el viento
escenifique su esencia,

El verbo, deslumbró su  sitio.
Se vierte la unción
del agua y la tierra

La ambrosia de la seducción
busca su poesía.

La semilla trasmuta
y forma su península.

Todo bajo el amor
del libre albedrío,
la acción del fruto,
su abismo o su sitio.

Las esquelas de hojarasca
dejan que circule
el espiral que forma
cada nexo de arterias.

Se escribe el telar y su huella,
la historia se procrea.


América Zapata

viernes, 15 de abril de 2011

Artesano de máscaras de vinilo





Un artesano  de improviso
se ha convertido en magnate
por oficio de salvación.

Se dio cuenta que
el miedo es una génesis.

Descubrió como moldear
los perfiles y unificar las caras.

¡Es todo un malabarista!

Inventó la clorosis falsa
para defenderse de uno mismo
de las guerras andantes.

Entendió que el ego
no tiene clase,
se puede usar como ropa interior.

Patentó el camuflaje
y lo vendió.

Jamás había conocido un
rico tan pobre.

Pero veo caminar por todos lados
vestidos y máscaras de vinilo.








América Zapata

domingo, 10 de abril de 2011

1:20pm



Quiero sosegar tanta tristeza,
que el vacío de un instante trágico
retorne envuelto de tropos y cabelleras salvajes
libres del látigo del lindero.

Absorber el elixir que acontece
en las ninfas de un rayo
aquellas que no se estancan en
lagos, ni lúgubres charcos.
Son intensas e indefinidas.
pero existen.

Que mi humanidad se adhiera
al retorno de mi luz como un síntoma
de regreso.

Enfrentar el escollo
de mi propio abandono.

Dialogar contigo, 
sin pescarme en un monólogo.

Retomar la acción,
hermana del sendero
y dejar que la flauta de mi espíritu
brille en la intensidad de su orquesta.




América Zapata

domingo, 6 de marzo de 2011

Espejos

    I

 Un argonauta ha perdido su barco
se ha ensimismado en llanos
desiertos y calmas pasajeras.

ha escondido el color
que se veía.

para después aparecer
en la metáfora de un laberinto
en el rincón de su vicio.

Saber lo cruel que es olvidar
la historia y el retorno,
es quizás el sitio de lo que ha perdido.


II
Por qué nos despojamos
de nuestro barco.

Quizás somos extraños
que se van de si mismos
para entenderse
y volverse conocidos.

después habrá el día
de encontrarnos en la misma isla.

III
La nube desahogó en él
su llanto
para emigrar al silencio
y en el eco de su pasadizo
se permitió el dialogo.

Reconoció
los cielos siniestros
de evoluciones vacías
por existencias
intrusas.

Fue en ese momento cuando
la tempestad pisó su laurel.
Y se recordó tan humano
tan viejo.








América Zapata

deseo musical

Se contrae el corazón
y después en tormenta ancestral
regresa la historia
para completar el latido.

En un segundo
renace tu espíritu viajero
y en mi, el milenario
de espacios conocidos,
de cada dibujo que se originó
en la paleta del mundo.

Acompaña mi canto tambor
tambor de sol
dale alma a mi voz

dale vocal al aire que respiro
como se lo das a la flauta y al caracol
una melodía a mis huellas.
verdad a mis oídos.

Piérdete en mi como te pierdes en el pájaro,
en el crujido de la madera
en el aullar de la ventana
en las pisadas de la gota
en el telar del indígena
en la tertulia de una trompeta

hazme cosquillas,
como le haces a la cuerda.

tú que sabes penetrar en el acero
juegas a estremecer los contraltos de un bajo
revive mi oído
ausculta siempre
y penetra,
penetra en mi halo
déjame sentir esto que pasa todos los días
como exageración de perpetua dicha. 
revive mi música interna.                          

América Zapata

Eslabones Rotos



 I
Y se quedaron las horas
retumbando en mis oídos
como ecos caracolas.

Las páginas de las orillas
se perdieron
en los remolinos de un barco,
un barco que se ancla al pulmón,
decide navegar en su arteria,
puede retirar el aire con un suspiro,
y reflejarlo todo en el timón de sus ojos.

II

Navega el corazón
en este cuerpo,
antes baldío,
ahora dirige la proa,
deja atrás el ego,
llega al mástil mayor,
divisa la plenitud,
comparte las nubes
con las olas del cabello
y deja que la profundidad
admita, la congregación con la era.

III

Todo cincel es bienvenido
para darle fruto a las tierras etéreas,
la forma buscará la sabiduría de la piedra
la arena del cuerpo será la materia
el amor el puente del universo,
interno, externo, eterno,
la luz guiará los pasos.

El alma devuelve
el nombre a lo que antes
se cubrió de hiel.
Ahora es fértil.


América Zapata

Protesta de un niño enjaulado



Dime, habla, explícame,

No puedo salir de esta cárcel,
los barrotes están llenos de sangre
y dentro, me quiebro por partes.

Soy un ser lleno de luz que circunda
por el aire,
navega mi horizonte
en el latido de lo que veo

Soy vulnerable a que apaguen mi estrella
y te cuestiono

¿A dónde voy?

Mil caminantes frente de mí,
 quieren guiar mis pasos,
y cada vez que cojo de su mano,
me contagian la indiferencia;

Aparecen gusanos  en  mis pisadas,
brota la muerte que estanca al espíritu,
los egos se devoran unos a otros,
para migrar al vació de su existencia,
¡me quieren guiar!
Con armas frías, llenas de deudas,
Con las manos oscuras,
amorfas, sin creación.


Sí, la indiferencia es un hueco que no me
habla, me abandona, me transgrede,
 mutila.


¿Cuáles son mis armas,
cómo me defiendo?

Quiero defenderme de quienes me asesinan

Pero sólo tengo luz que ofrecer y se opaca
con todo lo que veo.

Dime, habla, explícame,

                          ¿A donde voy?

Si mi pecho de niño envejece.





América Zapata