Confiar
es un verbo sin nombre,
no tiene balanza,
sólo caminos,
la transparencia de sus acuíferos
mitifican la soledad o la encienden,
cubre los ojos con las manos
antes de caer al precipicio,
los pies en otros pies...
La confianza tiene la sed del azar
y la locura del hombre.
La esencia del mundo y la tolerancia de Dios.
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