La casa, está en
calma,
hay una puerta inmóvil
y una ventana que cierra encuentros,
sin
alguna señal de algún encanto dominó.
Mi cama es ya sólo la caja de cartón de sueños,
memora tus bigotes
o
alguna cola equilibrista.
Un cometa se esfumó
en el canto de una
noche
bajo la lumbre de la
luna
en la tempestad de
un aroma
entre las olas de la
azotea,
en las cobijas del árbol,
en las cobijas del árbol,
caserías de
gordillas rastreras,
en algún lugar, lejano,
en mi ausencia…
cual astro pinta
cielos.
Sin destino ,
tempestiva.
Le grito al viento dueño de sus pasos
y tengo por respuesta
la risa de la libertad callejera…
y uno que otro gato...
América Zapata
A mi gato... hasta los guardianes cumplen su misión y se van...