miércoles, 26 de agosto de 2015

La angustia de la gotera



26 de agosto
23:21
  

Antes de explicar cualquier suspiro, el silencio, era  -la gotera del tejaban-.  Trasmina las paredes y hiere los techos. 
A gotas se escuchaba la conciencia, un gesto de la madera húmeda, entre el cemento del techo. Los ojos intermitentes como la tibia luz que apenas se percibe en la madrugada -No se ve pero se sabe que es de madrugada- se siente como el sol se mezcla con el azul profundo del casi negro cielo. Ellos los ojos, querían fugarse de sí mismos, y en sus párpados la parvada del dolor apretaba las pestañas, nadie tenía la explicación de aquella cabeza. Pero la cabeza tenía mayores tristezas que resolver. Tan sólo la gotera ya había llenado la habitación de su mente. Con lo fuerte que son las descargas del corazón, cuando uno está triste, electrocutan la superficie, hasta los bellos de la piel.  Entonces caen desesperadas las huellas del cuerpo, como si fueran pisadas de otros rumbos, de otras manos, las pisadas recorren las calles de los nervios, como escalofríos. Y es que nadie quisiera explicar, quizás la cama pueda acobijar aquel cuerpo. Quizás el quizás se explique así mismo, con su hubiera implícito. Sea redundante para entender lo que no necesita explicación. Son tórridas las clausuras, tórridas, tórridas, como el torrente que no explica su historia pero se derrama, se fuga. Se corre. 

El adiós es un prófugo que se esconde en el tejaban, para abrir la medicina de la herida, hacer del olvido un maestro, inundar los oídos del desafío, electrocutar el presente, recuperar la altura. Y permitirle callar al silencio, cualquier explicación.


América Zapata

( Disfrutese con esta canción) 



(Dicho escrito es un ejercicio para contar de forma distinta con recursos de lugares comunes, un tema común)

sábado, 11 de julio de 2015

Embriagada de sueño




La intermitente de las sombras
son anzuelos de
las bancas del parque

la templanza, recoge heridas, 
para hacerlas sábanas y
proteger del frío a los
dormidos

-recuas perdidas
mudos de las impotencias
fóbicas.-

Los locos somos tan sólo
los ritos del  imaginario

Tras dibujar la urbana estela del ayer
la oscuridad tiñe
por momentos
la luz

prende
La causalidad,

-Descorche del tiempo-

Ya  la nocturna contó
con malicia las cucarachas
que comen las sobras del olvido.

Miles de transeúntes hieren las flechas
de las estrellas
y dormitan en sus mentes
mientras que mis hienas del descanso
trotan hacia ellos envidiosas.

absorben con
sus ojos cerrados,
al mundo:

imparable latido

Esta impotencia de no dormir

De contemplar la
epopeya soliloquia,
monólogo fiero,
 para atormentar las
cloacas de los oídos
descompuestos 
que no tienen
fondo.

A sí se encienden
los cigarros de la soledad,

Esta inverosímil
forma
de sacarle a la realidad
la lirica del insomnio.

y delirar bajo la bóveda celeste.



América Zapata

Los otros motivos.



El pájaro de tu risa
cae en el silencio
para hacer del camino
una alianza con
el olvido


así son las parvadas de tus ojos
emigran decididas

y el sol ya no aguanta otra
roptura en este cuerpo
ya no aguanta el soliloquio
sin primavera

el norte invade la memoria y
cierra los circulos del horizonte
 mis motivos ya no te esperan

se hacen de noche. 

Las estrellas se contemplan
distraídas, interrogantes.
y los hubieras son caries
para mis recuerdos.

En este mundo
que hemos creado,

                           el error de la soledad
                           es inventarse conciencias.

 Dejar que
la hidra de la ausencia
devore  la voluntad
 las razones,

y al imaginante
lo deja sin historias.
Para liberarnos de ese
mundo que tiene nuestros nombres.

 América Zapata

jueves, 14 de mayo de 2015

Relámpago Portátil (El séptimo continente)

Para América Zapata, gran amiga y colega.



No basta tu cabello, acechando al crepúsculo
para que al fin otorgue el color negro a la noche.
No basta tu sonrisa caleidoscópica para que
la naturaleza dé a luz a nuevo jardín.
No basta pues sí bastara ya serías
la sustituta en el trono de los seres elementales,
como la flor que germina en medio de las hadas.
Ya serías aquello que jamás se alcanzara
pisando simplemente el estribor de Acuario
para provocar así el agua de un relámpago
que nació entre el beso de Febrero y Marzo
mientras Deucalión viajaba en un águila
y su sudor, cayó a la Tierra en forma
de una lluvia gélida para repoblarla junto
a Pirra en un estado nirvánico.
Ya Pegaso te seguiría las huellas, ya
con el ciclo que emerge de tu caminar
yaceríamos ahogados por tal diluvio.
No basta todo el continente para sembrar
aquella poesía que brota sin querer
de tu voz, o si quiere, brota y ya
sin tantas metáforas y lexemas;
sin desquebrajar el diccionario al viento;
sin nada más que la misma musa
que habita tu piel desde el Anáhuac.
Tal es la Cempoaxochitl depredadora
que temo verte a los ojos y
la ambrosía que despiden salpique
hasta empaparme de lo que no merezco.
Lo que es prácticamente divino pues
es más sencillo capturar el rayo en mis bolsillos

que sostenerte la mirada por un segundo.

Manuel Alejandro García

________________________________________________________

Nota:
Somos los ojos de otros en el misterio del Yo y el universo nos da palabras para decirlo. He tenido bellos regalos pero este ha sido peculiar y grandioso.

Gracias Meni.