sábado, 11 de julio de 2015

Embriagada de sueño




La intermitente de las sombras
son anzuelos de
las bancas del parque

la templanza, recoge heridas, 
para hacerlas sábanas y
proteger del frío a los
dormidos

-recuas perdidas
mudos de las impotencias
fóbicas.-

Los locos somos tan sólo
los ritos del  imaginario

Tras dibujar la urbana estela del ayer
la oscuridad tiñe
por momentos
la luz

prende
La causalidad,

-Descorche del tiempo-

Ya  la nocturna contó
con malicia las cucarachas
que comen las sobras del olvido.

Miles de transeúntes hieren las flechas
de las estrellas
y dormitan en sus mentes
mientras que mis hienas del descanso
trotan hacia ellos envidiosas.

absorben con
sus ojos cerrados,
al mundo:

imparable latido

Esta impotencia de no dormir

De contemplar la
epopeya soliloquia,
monólogo fiero,
 para atormentar las
cloacas de los oídos
descompuestos 
que no tienen
fondo.

A sí se encienden
los cigarros de la soledad,

Esta inverosímil
forma
de sacarle a la realidad
la lirica del insomnio.

y delirar bajo la bóveda celeste.



América Zapata

Los otros motivos.



El pájaro de tu risa
cae en el silencio
para hacer del camino
una alianza con
el olvido


así son las parvadas de tus ojos
emigran decididas

y el sol ya no aguanta otra
roptura en este cuerpo
ya no aguanta el soliloquio
sin primavera

el norte invade la memoria y
cierra los circulos del horizonte
 mis motivos ya no te esperan

se hacen de noche. 

Las estrellas se contemplan
distraídas, interrogantes.
y los hubieras son caries
para mis recuerdos.

En este mundo
que hemos creado,

                           el error de la soledad
                           es inventarse conciencias.

 Dejar que
la hidra de la ausencia
devore  la voluntad
 las razones,

y al imaginante
lo deja sin historias.
Para liberarnos de ese
mundo que tiene nuestros nombres.

 América Zapata