martes, 7 de agosto de 2012

Let go


Aveces quisiera saber
la formula del viento,
navegaría en la vos que te aconseja,
el silencio del miedo,
detener al macabro que detiene
 el verbo y divide la conjugación.

De saberla rompería las cadenas 
que atosigan
enjaulan latidos, tus labios.

Pondría cada verso en su lugar, 
el olvido  del orden, lo diario.

 Te recordaría que existo y tengo
un camino, 
que puedo ser un inicio. 

Que te quiero.
                 Pero no soy viento, ni soy tú,  
y tampoco quiero serlo. y Te quiero.

Quisiera, 
que no hubiera temor, 
ancla, opresor  del desafío, 
guillotina de inicio,
nebulosa de aparente presente.

Continuar es virtud y magia al mismo tiempo.

Vivir sin miedo es con letras
 el grito que desgarra
la acción y la deja caer
en las uñas de la almohada.

Más la paloma que se va en la estampida
de lo que recorrí 
y recorro en la versión del misterio.

Gracias, por la magia, 
por recordarme el desapego.

Es un ritual liberar, así que

enciendo una letra por cada beso, 
en las rizas de tus manos
y en el lienzo de tus brazos.  

Que la libertad no es un milagro
pero sí es un don divino, 
que no prefiere jardín, ni presagio, ni destino,
ni corazón, ni latido, ni verso, ni milagro.

Por eso el humano teje el verso de su canto.

Y Yo canto. Y que el dado elija el último paso.

 América Zapata

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