sábado, 17 de agosto de 2013

Leerte Muerto

Es acariciar lo isócrono del aire
sin sentirlo.
La máscara,
 gotera de un poro debajo de otro
y otro.

Laberinto,
pendiente de tu oreja.
                                Leerme incrédula.
Silencio de cuatro tiempos
antes de comenzar a triturar el papel.

Leerte muerto es dejar que la migala
reviva en la espalda
y se pierda en el miedo absoluto

Corromper la gravedad del olvido
diseñarte en el eco del labio,
morder el abismo.

La lucha de la pertenencia y la soledad
la identidad y la sobria caricia del futuro
 permitirle a la experiencia arrugarse

Leerte muerto es querer, y desafiar
tu estrategia,
            está muerta.

Palpitar sola,
tocando tu pecho,
y de fondo el erótico latido.

El presente acribillado
en los porta retratos de la memoria.

Huir de tu memoria,
cortada de muñeca, de talón.

Leerte muerto es  ponerle
punto final a la primer ausencia.

  Condicionar al amor.

Es reír,
sobre un degollado,
deslizarse sobre
 el filo de la piel desangrada.

Leerte muerto es recordar sin vivirte
 Y saber que estás vivo.

Es esta maldita,
                        fugitiva forma
                                              de despedirme.
                                                   Detenerme antes de que muera
                                                                                   y leerme muerta.
 
15/08/2013
11:52 p.m.



América Zapata

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