martes, 12 de octubre de 2021

Cauces vacíos


Los verbos tienen miedo de salir,
me perdí en tus profundidades,
ya no crece la hiedra de la memoria,
el territorio del pasado
 habita como oniria entre la piel.

Quebré mi clepsidra, perforando 
la coraza del miedo, así el 
el agua se bifurca en los ojos 
dejan de crearse estanques 
y nacen los ríos, 
en la saliva, en mis fluidos.

En la sangre emigran y 
cabalgan nuestros momentos, 
porque el cuerpo
recuerda el calor y el desafío. 

Intento escucharme, para 
Acudir al
desempolve de la conciencia, 
la carne tiende a aprender 
a veces sin mi, con el 
piloto encendido
y de poco a poco entiendo 
así  rota, con la inexperiencia,
la rueda del tiempo.

La vida posee la historia de las almas.
y duele sentir tus surcos, tus grietas tan 
de cerca. Duele tanto que parezco 
barro seco en un loop del tiempo. 
Preferir quebrar la vasija y dejar cabalgar al agua.

Tal vez así pueda comprender el océano que poseo.

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Escribo porque se me está acumulando 
todo en el vientre, y en veces me dobla 
la nostalgia. 



América Zapata

(en borrador)

sábado, 9 de octubre de 2021

Aliento



El tiempo destempló
la ultima grieta del olvido
dejó que se cayera la lanza
que la sostenía, 
como un tronco seco
el eco retumbó
en las puntas de los pinos. 

-Los pájaros trinarían la caída 
del roble-.

Cayeron todas las gotas, desafiando 
la muerte, penetrando en la tierra. 
Acobijandose en la vida. 
Como un ejercito
en las penumbras.
Renacería del estertor, el heno. 
Así el cuerpo como semilla.



América Zapata

lunes, 8 de marzo de 2021

A Esperanza


(Prosopopeya del mundo)
Tu cansancio es
la estampida del silencio.
La belleza de la coexistencia;
el estrellado infinito de la realidad.

Las multas que todavía
no sabemos dirigir, ni entender,
ni ejercer. Ni pagar.

El rincón que aún protege
la autonomía.

La rebelión es ahora la explicación
de tu nombre.

Pecho de caracol, alimento
que nace en el cuerno
de las montañas.

La cotidianidad en el vértigo
de las alturas.

El fruto de los árboles.

La paciencia de las estaciones
del año.

La ceiba neblina en las
caricias del futuro.

Tuve el brillo de tus ojos
como el arroyo que viaja sobre
las nubes de la tierra;
 en ellos estallaban los
gajos de melancolía,
las grietas de la experiencia.
Tus lágrimas.

Más los rayos del sol
Han vestido a la milpa de tus manos,
Huele a ti.
Tus raíces saben a piña.
Y el lodo, el lodo
Ya no tiene el pretexto de montar tus pies.
Se fusiona con las arenas de tu cuerpo.

Las seis bocas que alimentas son ahora
la espalda cortada y la fortaleza de tus brazos.

Toneladas de carga,
Que besan a tu niña de noche,
 después de enjabonar el río.

Luchas contra los detractores de
tu convicción, incluso contra tus propias dudas.

Te enfrentas
a servir y no servirte.
ante el hambre,
la injusticia, vestigios
del pasado.

La moraleja del tiempo.

Deseo no destruir,
lo que ha escrito el pañuelo de tu boca.
                          
Eres la rebeldía ante la rebeldía,
el olvido de la individualidad por el otro.
Tu propia guerra ante la conciencia

Tu ignorancia es ahora,
 el gallo de mis pestañas.


Me hiciste de carne,
después de mis vértigos urbanos.

Soy la lucha de contradecirme,
verte libre y cuestionarlo.

Soy ahora mi propio muérdago,
la reclusión de mis acciones,
el rincón de la impotencia.

Sí, mis pupilas se contagiaron
de las nubes de la tierra.
Y el color de mis ojos han cambiado.
 Pues he conocido la prosopopeya de la esperanza.

 


América Zapata

martes, 8 de enero de 2019

Madrugadas

Esta utopía que radica en tus ojos
la mira indescriptible de tu ira
el cuello ahogado de tu miedo
la mirada salvaje del tiempo.

mi ausencia.
América Zapata

sábado, 5 de enero de 2019

Un 5 de enero


La esperanza calló
como gota en mis manos,
se filtró en la piel
navegó en mi sangre
Estallo en los ojos
cual cola de cometa;
la imaginación se convirtió
en una gibosa nube
en donde la utopía
era superada por sí misma;
mis pies se convirtieron
en las patas de un elefante
clavadas a la suerte del destino

y mi mano
soltó el globo
con la carta de Reyes.


América Zapata
Inspirado en México D.F. el 5 de enero del 2013
Escrito el 7 de enero del 2013
A las 9:07pm


sábado, 8 de diciembre de 2018

Brevedad

En el cuerpo se vacía
el tiempo de mi piel
poro a poro cae
rendido en su desafío
se desploma la experiencia
en mis pisadas,
en mis huesos.
días,
en mis manos.

La muerte da la continuidad
pese al aspid de la ignorancia,
-todos los días contienen
de su medicina-

Día a día la muerte
consume la existencia,
la procrea,
la regenera,
la transmuta,
la inicia.

Es un símbolo de
eternidad y retorno.

Mi brevedad es
una clepsidra que
gotea en el jarrón
del olimpo.
En los pilares del universo,
bajo el manto creativo.

Me conteneo entre
el silencio y la risa,
la ira y el llanto.
Lo solemne y la belleza.
El amor, el dolor.

La música.

Todo en mi posee
sus dosis de infinito.
Pese a lo infimo.
Pese al vacío.

Es esa brevedad
la que me hace coexistir
entre el cielo y la
tierra.

Entre la divinidad
y mi humanidad.
Entre lo eterno y lo
instantáneo.

La brevedad
de un pestañeo.
El cuerpo que desbasta
la ambigüedad y el espacio.
El colapso de los ojos.
la sonrisa fidedigna, explosiva.
En el aliento puro de un
suspiro.

La inhalación y la exhalación,
de mi reencuentro.
El punto intermedio de un dialogo.
El inicio y el final de una película.

Mi brevedad es tan sólo,
la milésima parte de mi eternidad.
Aquella que nace, y muere,
en el sin fin del segundo.

Por eso escribo,
para precisarme viva,
para pisar la tierra,
y amarla mientras puedo,
recordarla, si muero.
La independencia de un suspiro.

América Zapata

jueves, 15 de noviembre de 2018

La distancia y yo

Tenemos nuestros pactosy nuestras contradicciones.
Al igual que un holocaustoparecemos la guerra mundial,buscando explicaciones,y las soluciones no dejan de tener intereses.
Pero mi ceguera es absurdaya hizo un tratado con la razón. Sentir se convierte en el perfecto idiotaen la horamultifacéticael cuestionamientointerdisciplinario.
El criterioes racista.
Es un bibliotecarioen el almacén de los teoremas, para encontrarse humano.
Para mi beneficiomomentáneo.
Tengo mis momentos de automatismo. y el apego se hace doctor,guardándose el manual de las contraindicaciones.
Somos ella y yo, la discusión de la realidad y la fantasía.
Aparecemos en las noticiascomo si los motivos fueran premios o mutilaciones.cada encuentro es un designio de la realidad.
Las palabras se hacen oráculos prohibidosse escondenlas historias entre la piel y los sentidos.
La conciencia se cansa, de dar explicacioneshasta que acierta.
En la pacifista eradel alma. 
Entonces empieza el genocidio,de los recuerdos.Nos convertimos en espacios absolutosy empezamos adorarla soledad. 
América Zapata