Tenemos nuestros pactosy nuestras contradicciones. Al igual que un holocaustoparecemos la guerra mundial,buscando explicaciones,y las soluciones no dejan de tener intereses. Pero mi ceguera es absurdaya hizo un tratado con la razón. Sentir se convierte en el perfecto idiotaen la horamultifacéticael cuestionamientointerdisciplinario. El criterioes racista. Es un bibliotecarioen el almacén de los teoremas, para encontrarse humano. Para mi beneficiomomentáneo. Tengo mis momentos de automatismo. y el apego se hace doctor,guardándose el manual de las contraindicaciones. Somos ella y yo, la discusión de la realidad y la fantasía. Aparecemos en las noticiascomo si los motivos fueran premios o mutilaciones.cada encuentro es un designio de la realidad. Las palabras se hacen oráculos prohibidosse escondenlas historias entre la piel y los sentidos. La conciencia se cansa, de dar explicacioneshasta que acierta. En la pacifista eradel alma. Entonces empieza el genocidio,de los recuerdos.Nos convertimos en espacios absolutosy empezamos adorarla soledad. América Zapata
(...) todo el hueco del cielo, toda la cavidad de la hermosura no bastaría para contenerte, y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera oh majestad, tú nunca, tú nunca cesarías de estar en todas partes... (al silencio) Gonzálo Rojas
jueves, 15 de noviembre de 2018
La distancia y yo
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