Partiste

Apenas si respiré cuando te fuiste.


Mira que el aire se tortura
al querer pasar por mi garganta
con las anginas contraídas

y el veneno de asfixia.


La idea de esperar lo inevitable,
es quizás confórmame

a ver cómo muta el espacio,

el aroma.


Las murallas de mis ojos se quiebran,

me duelen.

Es la esfinge que quiere hablar y su expresión,
rebota en el adorno de su boca.


Cual suela que sufre las estaciones del año,
resulta  ahora confusa e irónica.


Es el pasado que se va de tu lado

pero de lejos el presente tiene pies;
creo está contigo,
no quiero hablar ya del futuro.


Sé que estoy en el pasmo que juega con tu silencio,
en el éter de algún instante fotográfico,
yo sé,

se calca la tinta de mi pluma
y aún te tengo,

lejos,

pero así.


Me atosiga la impotencia de ser tan humana,
              ¡Odio la filosofía!
se vuelve tediosa, y física.


Pero tú tan visible en mis manos e intangible ante mi entorno,
lo sé, es ineludible pero cierto.


Mi dualidad perfecta, que evoluciona,
cual pétalo blanco, en la tolerancia del camino y el destino.


Me dejas así con tanto amor que crece y se estanca.


Pero basta escuchar tu voz,

palpar mis sueños

y sentir tu presencia.

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Le dedico  a mi hermana, fue la primera vez que observe por detrás la imagen de la niñez, y de frente, la mujer que creció conmigo buscando independencia, pues bien dio uno de los principales pasos. Lo curioso es que siempre lo fue.
Precisamente la segunda vez que se fue a Canadá, descubrí que cada una estaba formando su camino. Pero cuando partió, todo cambió y volvió a la normalidad.
Sé que es parte de mi.
 
Éste será mi momento pero busca el tuyo y acomoda estas palabras para revivir tus sentimientos.