miércoles, 7 de octubre de 2009

Quimera estelar





Reino de anagramas
que juega con la conciencia del aire,
¡Sí!, la noche, bailarina de la luna,
indiscreta, intangible.

Escenario de misterios,
propietarios de algún soñador,
divisa identidad de algún cuerpo

¿Quién fuera?,
fortuito trébol del destino

Imitadora de luciérnagas,
que copula sobre el manto estelar

Guardiana de péndulo de reloj,
caricias repartidas,
de olor,
de anacoretas,
de canto,
oxímoron de oasis,
halagos de algún Dios…

¡Sí! es la Noche y no la Luna,
su adorno de locura,
para ser inadvertida y notarse silenciosa.

¡Me acongoja pensar
que solo admiraba aquel adorno sin sonrisa!

¡Sí!, es la Noche, un territorio sin mira.

América Zapata
_______

Lo dedico precisamente a la Luna de este mes. (Nuevamente se convierte en el centro de atención)
 
Ante la ironía de que en estos días la luna se roba el escenario de la noche y la oscura parece disfrutarlo.
La luna sin querer se convierte en la dulce melodía del aire, de los besos, se apodera de cualquier espejo, y manifiesta esa cualidad de hacerte sentir...


Traviesa, que juega con la niña de mis ojos.

Octubre me regalas el mejor verbo.

1 comentario:

Invëntor dijo...

Digo que me gusta que expongas a la luna como su autonomía en el espacio, en la gravedad que provoca al contemplarla.

También puse que nada mejor que siempre nombrarla como un ser femenino, lleno de contrastes, de arrebatos que genera en el ser humano.

Y además tiene mucho ritmo su poema